Alimento: Dejarse llevar y dejarse sorprender. Este es el ánimo apropiado para visitar Ca na Toneta, donde uno no sabe nunca qué va a comer. De antemano, lo único que sabemos es que nos espera un menú de cocina mallorquina de estricta temporada. Un menú equilibrado, sin altibajos ni carencias, basado en la sabiduría de la dieta mediterránea y que se despliega en seis entregas: dos entrantes (líquido y sólido), una coca salada, un plato de pescado, otro de carne y el postre. No falta la sopa tan relegada en los restaurantes– y tanto verduras como legumbres recuperan el protagonismo que siempre tuvieron en la saludable dieta de los isleños. Un menú coherente, que busca la armonía y se inspira en los sabios hábitos alimentarios de nuestros antepasados.