Oficio: Las manos y el fuego son los útiles más útiles en Ca na Toneta, que tiene algo de taller artesano, un lugar al que se acude con humildad y buen ánimo. Sin virtuosismo ni humos artísticos, se aplica a cada producto la técnica justa para que todo salga como toca. Hay dedicación, sentido común y mucho trabajo en cada receta –texturas, las justas– pero en la mesa todo eso se ha vuelto invisible. No caben las filigranas, ya que la técnica está al servicio del sabor. En esta casa de comidas, la vocación surge del oficio cotidiano, pacientemente aprendido entre fogones y a través del contacto directo con pescadores, payeses y colegas del oficio. Esto no es tecnococina, sino honesta countrycuina con toques pop.